Luce tus joyas con historia estas Navidades
La Navidad es una época de celebración y tiempo en familia muy especial para todos, en la que sacamos a relucir nuestros looks más elegantes, donde las joyas tienen un papel protagonista, especialmente en la cena de Nochebuena o la noche de Fin de Año, en las que buscamos dar un toque más especial a nuestros outfits.
Complementos imprescindibles en estas fechas, es un momento idóneo para sacar del joyero esas joyas con historia que han pasado de una generación a otra y, que más allá de su valor económico, tienen un valor sentimental incalculable.
Porque, una buena joya es eterna, nunca se tira ni se desecha, y pasa de madres a hijas, de abuelos a nietos, de una amiga a otra, año tras año y década tras década. Las joyas con historia son legados entrañables a los que tenemos un cariño especial, y que consideramos auténticos tesoros personales. Pueden ser joyas que pertenecían a un antepasado, fruto de un viaje, de una pedida de mano…
Joyas con historia que pasan de generación en generación y que son perfectas para llevar en Navidad
Son joyas a las que tenemos tanto cariño, que no llevamos en nuestro día a día, sino que las mantenemos a buen recaudo para evitar que puedan estropearse o, lo que es peor, que pudiéramos perderlas, de ahí que solo las luzcamos en ocasiones reservadas como la Navidad, llevándolas muy cerca de nosotras y consiguiendo sorprender a amigos y familiares.
Estas son algunas de las joyas con historia que más pasan de generación en generación:
- Anillos de matrimonio:
Los anillos de matrimonio son las joyas familiares por excelencia, que pasan de madres a hijas, convirtiéndose en piezas de joyería que pueden acumular muchos años de historia detrás, y que cuentan con una magia especial y un gran simbolismo. Según la leyenda, los anillos de compromiso que un día llevó nuestra madre, abuela o bisabuela y, que ahora llevamos nosotras, recrean el amor que ellas vivieron.
- Cadenas:
Las cadenas son otras de las joyas más habituales en una herencia familiar, y que más recibimos en nuestro taller de joyería para que las restauremos y consigamos recuperar su belleza original.
- Relojes:
Especialmente aquellos de gran valor, comúnmente, los relojes se pasan de generación en generación, siendo muy habitual que lleguen a nuestra joyería clientes con relojes con muchos años de historia, que más que simples relojes, han pasado a convertirse en símbolos familiares.
- Prendedores:
Los prendedores son unas de las joyas familiares más especiales, que normalmente, pertenecían a nuestras abuelas, bisabuelas e incluso tatarabuelas. Son los clásicos broches que se llevaban en la solapa y, que aunque a día de hoy no sean habituales, sí son perfectos para sacarlos a relucir en Navidad y, además, acordarnos de ellas.
Recupera tus joyas con historia en Joyería Biendicho
La mayoría de estas joyas tienen una gran historia detrás y, en muchos casos, es complicado mantenerlas en buen estado con el paso del tiempo, siendo habitual que se hayan estropeado o hayan perdido su brillo original.
Pero, por suerte, en la mayoría de casos, con un pulido la joya vuelve a brillar como el primer día, consiguiendo que parezca una joya totalmente nueva que podamos volver a lucir, y que perdurará toda la vida.
Si tienes una joya de este tipo, en Joyería Biendicho ponemos a tu disposición un taller de reparación y transformación de piezas, en el que te ofrecemos profesionalidad y cercanía, y podemos desarrollar cualquier trabajo de joyería que quieras realizar, garantizándote un servicio que estará a la altura de la joya que quieras reparar.
Conscientes de que son joyas antiguas heredadas que acumulan muchos sentimientos, trataremos tus joyas como las piezas únicas que son, encargándonos de repararlas o, si lo prefieres, transformarlas, eliminando una parte, dándole un toque de color, un baño de rodio, cambiando una o varias piedras… Te aconsejaremos sobre las opciones más recomendables en función del tipo de joya.
Ya lo sabes, en Joyería Biendicho te ayudamos a lucir tus joyas con historia estas Navidades, consiguiendo que luzcan como el primer día, que se mantengan como nuevas y, que en el futuro, puedan llevar tus hijas.